Las pruebas PISA no evaluan los sistemas educativos, no evaluan el conocimiento, sino las competencias en unas pocas áreas, mide el rendimiento de los alumnos de 15 años de 34 países de la OCDE en Matemáticas, Lengua y Ciencias, que a juicio de la OCDE (grupo de potencias capitalistas) definen las inteligencias del orden global imperialista. Este año los mayores puntajes se los llevaron los estudiantes de las economías capitalistas asiaticas, China y no toda china sino unas cuantas ciudadelas industriales.
Un testimonio de la educación en China, muestra su autoritarismo, competencia extrema, individualismo, el perfil de los modelos exitosos a juicio de PISA:
Un estudiante chino entra en clase a las 7.30 de la mañana y vuelve a casa a las cuatro de la tarde. Muchas veces no levanta la vista de los libros de texto hasta las diez, cuando lo obligan a dormir, y entre sus actividades extraescolares están el inglés. Historias como esta se repiten en los otros cuatro territorios de influencia china que aparecen entre los siete primeros de la lista del informe PISA: Singapur, Hong Kong, Taipei, y Macao. “Es evidente que los resultados son muy positivos, pero también es cierto que la presión y la competitividad a la que están sometidos los alumnos desde muy pequeños pueden tener efectos negativos en su socialización y en su desarrollo humano, apartados que no analiza el informe PISA”, analiza Xu Anqi, profesor de Sociología de la Universidad de Fudan. No en vano, dos suicidios y un asesinato provocaron en mayo un acalorado debate sobre el lado más oscuro de este modelo educativo.
Según estudios de la Academia de Ciencias Sociales de China, que no suele tratar el tema tabú del suicidio, unas 250.000 personas se quitan la vida cada año en el gigante asiático. Y otros dos millones lo intentan. La mayoría tiene menos de 30 años, y muchos ni siquiera han alcanzado la mayoría de edad. En 2008 una encuesta arrojó otro dato preocupante: el 17% de las estudiantes de secundaria de la ciudad de Foshan habían contemplado alguna vez la posibilidad acabar con su vida.
Según estudios de la Academia de Ciencias Sociales de China, que no suele tratar el tema tabú del suicidio, unas 250.000 personas se quitan la vida cada año en el gigante asiático. Y otros dos millones lo intentan. La mayoría tiene menos de 30 años, y muchos ni siquiera han alcanzado la mayoría de edad. En 2008 una encuesta arrojó otro dato preocupante: el 17% de las estudiantes de secundaria de la ciudad de Foshan habían contemplado alguna vez la posibilidad acabar con su vida.
Por Frank Molano Camargo
Vocero Nacional
Movimiento por la Defensa de los Derechos del Pueblo - MODEP
https://www.facebook.com/frank.molanocamargo
Asia gana la carrera de la educación
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/12/03/actualidad/1386103194_643843.html
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